Cuando se habla de empleo para personas con discapacidad, aún persiste una imagen reducida y limitante. Muchas ofertas se concentran en puestos muy concretos: limpieza, mozo de almacén, jardinería, control de accesos… … Y aunque esos empleos son perfectamente válidos y necesarios, reducir el talento de miles de personas a solo esos perfiles es un error.
Las personas con discapacidad tienen formación, experiencia, competencias digitales, creatividad, idiomas y una fuerte motivación por aportar valor, por eso, cada vez más empresas están ampliando su mirada hacia perfiles diversos y más cualificados dentro de sus plantillas.
Algunos de los puestos más demandados hoy en procesos inclusivos son:
✅ Auxiliar administrativo/a con dominio de herramientas digitales y buena organización.
✅ Atención al cliente multicanal, en especial en modalidad teletrabajo.
✅ Profesionales de IT: testing, programación básica, soporte técnico o análisis de datos.
✅ Diseño gráfico o multimedia, con especial valor en proyectos de accesibilidad.
✅ Operarios/as de logística, en tareas adaptadas, con apoyo técnico si se requiere.
✅ Comerciales y personal de ventas con competencias comunicativas sólidas.
✅ Marketing digital, redes sociales y gestión de contenidos web.
Lo importante no es tanto “encajar” en un puesto específico, sino mostrar con claridad tu valor como profesional: qué sabes hacer, cómo lo haces, qué te diferencia y qué necesitas (o no) para desarrollar bien tu trabajo.
Las empresas más comprometidas con la inclusión ya no buscan “cumplir la cuota legal”, buscan diversidad que aporte competitividad y humanidad, y para eso, necesitan talento variado, con perfiles reales.
¿Qué puedes hacer tú?
- Define tu perfil profesional con honestidad.
- Prepárate para explicar tus capacidades, más que tu discapacidad.
- Infórmate sobre empresas inclusivas de verdad, no solo en el papel.
- Si necesitas apoyos o adaptaciones, no lo veas como una barrera, sino como una herramienta para rendir mejor.
Conclusión: el empleo inclusivo no debe ser una caja pequeña con pocas opciones. El empleo inclusivo debe ser un campo abierto donde todas las personas puedan aportar en función de su talento.
Porque tener una discapacidad no te resta valor profesional: lo cambia, lo adapta... pero no lo limita.