Las emociones son un pilar fundamental en la vida de todo ser vivo, ya que nos ayudan a afrontar y superar ciertas etapas de la misma. En nuestro día a día, tomamos decisiones en función de si estamos contentos, enfadados, tristes, aburridos o frustrados e incluso elegimos nuestras actividades y pasatiempos basándonos principalmente en las emociones que nos sobrevienen en cada momento.
La búsqueda de empleo supone una montaña rusa de emociones, donde unos días te sientes eufórico y otros días desanimado. Por ello, la preparación emocional y psicológica es una parte fundamental al recorrer este camino que no sabemos cuánto durará ni cuántas dificultades encontraremos.
La inteligencia emocional es crucial para nuestra salud mental y para protegernos en un entorno social cómo el laboral. Entendemos por "inteligencia emocional" la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Algunos ejemplos pueden ser saber escuchar a los demás, ser agradable en las relaciones, no derrumbarse ante la presión o tener buen humor. La inteligencia emocional es clave en nuestro éxito vital, incluso mayor que la inteligencia cognitiva.
Algunas habilidades relacionadas con nuestra inteligencia emocional cuya práctica nos puede ayudar en la búsqueda de empleo son:
- Motivación: las motivaciones a la hora de lograr nuestros objetivos están relacionadas con las emociones. No perder la motivación y la energía que necesitamos en este proceso, así cómo gestionar de forma adecuada todas las emociones que vayan apareciendo.
- Empatía: La empatía nos protege de no hacer daño a otro ser humano. Es importante entender cómo se sienten las personas que nos rodean para responder de forma apropiada
- Habilidades sociales: asociadas con la capacidad de manejar las emociones de otras personas.
- Autoconciencia: es de gran utilidad el escucharnos y conocer nuestras emociones, familiarizándonos con ellas.